En los días previos a que la Casa del Oso Noble marchara desde los fríos de Bjorngar hacia la guerra inevitable, Attlus el Conquistador regresó al hogar que una vez compartió con su esposa, Risha. Dirigiéndose al árbol bajo el cual había enterrado su cuerpo, el árbol cuya destrucción por los asaltantes orcos llevó a Attlus a levantar sus espadas una vez más, el bárbaro fue recibido con una visión inesperada. Un oso gigantesco estaba sentado junto a los restos carbonizados del árbol, con la cabeza inclinada y los ojos cerrados como si rezara en silencio. Temeroso de alarmar al oso, Attlus retrocedió silenciosamente, pero el oso abrió los ojos y miró en su dirección. Attlus sintió que el aliento abandonaba su cuerpo. Vio los ojos de su esposa reflejados en la mirada de esa bestia, y el rey bárbaro supo que de alguna manera, su esposa había enviado a esta criatura a su lado en su hora más desesperada. Juntos, el hombre y la bestia abandonaron Risha's Grove, mientras Attlus el Conquistador cabalgaba sobre Bödvar hacia la mayor batalla que el Reino de Mythoss había visto jamás.

Las pinturas finales y ciertos detalles del producto final pueden variar ligeramente de la imagen del prototipo que se muestra. Es posible que no se muestren en la imagen todos los accesorios finales incluidos.